El Instituto inició oficialmente su labor el 10 de Marzo de 2003, brindando su servicio educativo de Nivel Inicial, correspondiente a salas de 4 y 5 años, y Nivel Primario de 1º a 7º grado. 

A inicio del año 2009 se incorporó a la institución el 1º Año del Nivel Secundario, dando lugar a la inauguración de dicho nivel. A partir del año mencionado se fueron agregando nuevas divisiones hasta culminar con el 5º del Nivel Secundario en el año 2013.   

El funcionamiento de la institución con los tres niveles mencionados fue el resultado del trabajo de varios ciudadanos, uno de ellos Oscar Bertotto, quien colaboró y fue testigo del crecimiento de ésta. Como la ciudad de Puerto Esperanza no contaba con una institución de denominación adventista; vecinos, amigos y familias, insistieron en la edificación de una. Ante tan grande desafío, se propuso realizar un censo con el objetivo de que, si existían más de 170 alumnos interesados en inscribirse, se avanzaría con el plan de una institución en la localidad. Este censo fue posible gracias al director del Instituto Adventista de Wanda, Prof. Alberto Vergara, y su grupo de docentes, como también de la ayuda de feligreses de la Iglesia Adventista en Puerto Esperanza. El resultado de este fue un éxito, ya que 200 familias confirmaron que estarían dispuestas a inscribir a sus hijos en la futura institución. 

El paso siguiente fue comunicar a la sede de la Administración de Instituciones Educativas (AIE) de la Asociación Argentina de los Adventistas del Séptimo Día - Delegación Norte, el deseo de contar con una institución en la localidad de Puerto Esperanza. El Prof. Carlos Sapia, director de la AIE, sugirió hablar con las Autoridades Municipales. En consecuencia, se presentó el proyecto ante el Honorable Consejo Deliberante, el cual lo aprobó por unanimidad, declarándolo de interés municipal. Una vez aprobado el proyecto se necesitaban los medios económicos para continuar con este. Para ello fue de gran influencia y ayuda el empresario, Oscar Bertotto, junto a su esposa Lucia Schmidt, que habían acordado vender una máquina cargadora de maderas para comenzar la obra edilicia. En uno de los diálogos con el señor Bertotto, mencionó lo que se cita a continuación: 

 

“Un jueves por la noche, de rodillas al lado de la cama, le expuse al Señor que estábamos dispuestos, pero que por favor se vendiera aquella máquina equivalente al 30% del valor estimado para la construcción. A la mañana siguiente aparece un señor que la compró. También apareció otro comprador de más de 250 Km. de distancia y adquirió un tractor, pagándolo al contado. Las señales fueron clarísimas. Dios sí quería su escuela y nos estaba brindando los recursos económicos necesarios para hacerla”. 

 

Contando con los medios económicos se comisionó un equipo de trabajo: el feligrés adventista Sergio Henig fue el encargado de la construcción, frente a un grupo de 8 a 12 albañiles; el señor Juan Espíndola, que ofreció los materiales a precio de costo, y el Prof. Alberto Vergara, que junto a la Asociación de los Adventistas del Norte (AAN) organizó la parte pedagógica. Fueron así siete meses de arduo trabajo que permitió un inicio del ciclo lectivo con cuatro aulas, una sala de computación, sala de maestros, sala de niños de 4 y 5 años, dirección, baños, patio cubierto y una amplia galería. Fue así que se inauguró el edificio el domingo 9 de marzo de 2003 con una ceremonia muy especial junto al entonces Presidente de la Asociación Argentina de los Adventistas del Séptimo Día - Delegación Norte, Pr. Ariel Meda, el Director de Educación de la AIE, Pr. Carlos Sapia, el Sr. Intendente, Gustavo Ernst, Concejales, amigos, padres y feligreses adventistas. 

Es imposible comprender los planes de Dios. Aquellos 150 alumnos pioneros, se han convertido, hoy en día, en un grupo de más de 320 estudiantes que mantienen las matrículas actuales. Como institución se cuenta con una orientación religiosa, y es por ello que los estudiantes, como sus padres, reciben el apoyo respecto a temas espirituales, que sin duda son de gran ayuda para su formación personal y profesional. 

Por la gracia de Dios se vislumbra una institución educativa en busca de excelencia, teniendo siempre en claro que “en el sentido más elevado, la obra de la educación y la de la redención son una, pues tanto en la educación como en la redención 'nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo'” (La Educación, pág. 13). 

En el año 2019 a  pocos meses de la inauguración de la biblioteca se produce un inesperado incendio, producto de un desperfecto eléctrico en un ventilador de techo, el cual deja en cenizas las instalaciones. Este siniestro no refrena los deseos de avanzar de la institución, sino que la motiva a desarrollar un nuevo proyecto edilicio. Este desafío se concretó gracias a las donaciones del hermano Bertotto, quien puso en funcionamiento nuevamente las instalaciones escolares, con una notable mejora.  

• A continuación, se presentan la nómina de directores que han sido y siguen siendo parte del Instituto Adventista de Puerto Esperanza.  

 

 

Nómina de Directores 

Año	Director
2003-2004	Pedro Da Cuña
2005	Mario Fiege
2006-2010	Alberto Vergara
2011	Daniel Liernur

 

Año	Rector y Director
2012-2013	Daniel Liernur – Baldomero Cano
2014- 2016	Marcos Leiva – Baldomero Cano
2017-2018	Gerardo Feltan – Baldomero Cano
2019 -2020	Alfredo Bonomi – Baldomero Cano
2021- 2022	Roald Peter W. – Baldomero Cano
2023 - 2024	Claudio Díaz – Baldomero Cano

 

Cada año como comunidad educativa (docentes, alumnos y padres), junto con las instituciones gubernamentales, nos proponemos proyectos que nos ayudan a tener una mirada al futuro, junto con todo lo que aquello depara, pero siempre teniendo a Dios como nuestro Guía y director general. En 2023 se desarrollan una serie de arreglos necesarios para el normal funcionamiento de algunos lugares de la institución, tomados en su mayoría de las consultas y/o implementación del análisis FODA, entre docentes y alumnos. Esta herramienta es indispensable para plantear proyectos a corto, mediano y largo plazo y a desafiarnos a su cumplimiento siempre tomados de la mano de Nuestro Gran director.